En la mitología azteca el axolote es la advocación acuática del dios Xolotl.
Xolotl es un dios que le tiene miedo a la muerte, que no la acepta y quiere escapar de ella mediante sus poderes de transformación.
Cuando los dioses crearon al Sol y la Luna, en Teotihuacan, vieron que éste no se movía. Los dioses pidieron su propia muerte con el fin de resucitar al Sol. Todos aceptaron el sacrificio menos Xolotl, quien lloró y hulló. Se escondió en diversos lugares hasta que llegó al agua y se transformó en un axolote, pero lo descubrieron y fue sacrificado en ese estado.